Vi una fotografía de un niño sentado frente a su abuelo en un restaurante, el niño tiene unos audífonos y está sosteniendo con ambas manos una tableta, la cual le impide ver el rostro de su abuelo. La imagen ya me había conmovido, pero lo que me afligió fue el título de la foto: “Se te acaba el tiempo niño, y no te das cuenta”.

¡Qué daría yo por compartir una cena más con mis abuelos! Cuántas preguntas les haría, cuánto los abrazaría y cuánto saborearía cada instante.

La fotografía del niño y el abuelo es una alegoría.

Son tantas las cosas que hoy nos distraen de lo verdaderamente importante que resulta complejo mantenerse consciente de que el tiempo no perdona, el reloj avanza y los segundos se consumen.

A veces no nos percatamos de que lo tenemos todo. Otras veces nos percatamos de lo valioso que teníamos hasta que lo hemos perdido.

En momentos de tristeza mi mamá siempre me decía “esto también pasará”, ahora comprendo la certeza que reside en la dualidad de esa frase, así como los tiempos adversos han de pasar, los tiempos prósperos también han de llegar a su fin.

Que vivas cada día teniendo presente que esto también pasará. Ese es mi sincero deseo para ti que me lees y para mí, como remitente de estas líneas.

LSM 2018

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *